Con la asistencia de nueve personas, el 15-11-18, en el
Liceo de Alcañiz, se realizó la sesión ...de muerte! de Los jueves, Poiesis en torno a una mesa iluminada con luz de velas
y lamparillas y con productos propios de esta época del año como higos secos, panellets o nueces y una botella de
moscatel. Una ambientación que invitaba a participar hasta a las «almetas». Para
los incrédulos se proyectó una foto tomada este año de las ánimas del
Purgatorio vagando por los campos, posiblemente dirigiéndose al Liceo.
Se recordó la tradición de contar historias de muertos y
aparecidos en estas fechas, especialmente la noche del 1 al 2 de noviembre, y
se contó la de aquellos mozos que hicieron la apuesta de ir a pasar la noche al
cementerio y…, la de aquel carretero incrédulo que por la noche solo veía pasar
sombras y… y la de aquel valiente que se enganchó en un clavo de una tumba y…
También el toque de campanas a muerto toda la noche de Ánimas, el rezo
interminable en las iglesias a media luz en torno al catafalco y las
lamparillas de aceite hechas con cartón de naipes que se ponían en las casas
por los muertos de la familia, que proyectaban toda la noche luces y sombras en
la pared que hacía que ni se te ocurriera abrir los ojos en toda la noche por lo
que pudieras ver y los sustos que se daban con las calabazas vaciadas con una
vela dentro. Todo ello tradiciones que se mantuvieron vivas en nuestra zona
hasta bien entrados los años sesenta.
Inevitablemente se debatió sobre la sustitución cultural,
para unos, o el enriquecimiento, para otros, que ha supuesto la importación de
Halloween. Y también inevitablemente se habló del sentido de la vida, de si la
muerte nos iguala a todos o no, a la vista de los avances médicos a lo que no
todos tiene acceso por igual y de si hay «algo más« o no. Opiniones para todos
los gustos.
A lo largo de la sesión se recordaron las Leyendas de Bécquer,
se fueron leyendo y recitando poemas y microrrelatos sobre la muerte y de
muerte fue el susto de ver caer del techo, de forma misteriosa, una mano cortada y ensangrentada cuando se
oía el audio de un cuento de miedo. Se proyectaron fotografías de tumbas con
epitafios, se escucho la canción de Serrat «Si la muerte pisa mi huerto» y se
proyectó la famosa secuencia de la película «El séptimo sello» en la que el
caballero reta a la Muerte a jugar al ajedrez, disputándose su muerte.
Tan intensa sesión se interrumpió cuando se oyeron tres
golpes misteriosos en la puerta de la sala en penumbra y al abrir nos
encontramos con Don Juan Tenorio, la chica de la curva y la Marieta que querían
explicar su historia, pero como era tarde quedaron emplazados para el próximo
año.
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